lunes, 12 de enero de 2009

"OJALÁ", POR EDUARDO GALEANO


¿Obama probará, desde el gobierno, que sus amenazas guerreras contra Irán y Pakistán fueron no más que palabras, proclamadas para seducir oídos difíciles durante la campaña electoral?

Ojalá. Y ojalá no caiga ni por un momento en la tentación de repetir las hazañas de George W. Bush. Al fin y al cabo, Obama tuvo la dignidad de votar contra la guerra de Irak, mientras el Partido Demócrata y el Partido Republicano ovacionaban el anuncio de esa carnicería.

Durante su campaña, la palabra leadership fue la más repetida en los discursos de Obama. Durante su gobierno, ¿continuará creyendo que su país ha sido elegido para salvar el mundo, tóxica idea que comparte con casi todos sus colegas? ¿Seguirá insistiendo en el liderazgo mundial de los Estados Unidos y su mesiánica misión de mando?

Ojalá esta crisis actual, que está sacudiendo los cimientos imperiales, sirva al menos para dar un baño de realismo y de humildad a este gobierno que comienza.

¿Obama aceptará que el racismo sea normal cuando se ejerce contra los países que su país invade? ¿No es racismo contar uno por uno los muertos invasores en Irak y olímpicamente ignorar los muchísimos muertos en la población invadida? ¿No es racista este mundo donde hay ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría, y muertos de primera, segunda y tercera?

La victoria de Obama fue universalmente celebrada como una batalla ganada contra el racismo. Ojalá él asuma, desde sus actos de gobierno, esa hermosa responsabilidad.

¿El gobierno de Obama confirmará, una vez más, que el Partido Demócrata y el Partido Republicano son dos nombres de un mismo partido?

Ojalá la voluntad de cambio, que estas elecciones han consagrado, sea más que una promesa y más que una esperanza. Ojalá el nuevo gobierno tenga el coraje de romper con esa tradición del partido único, disfrazado de dos que a la hora de la verdad hacen más o menos lo mismo aunque simulen que se pelean.

¿Obama cumplirá su promesa de cerrar la siniestra cárcel de Guantánamo?

Ojalá, y ojalá acabe con el siniestro bloqueo de Cuba.

¿Obama seguirá creyendo que está muy bien que un muro evite que los mexicanos atraviesen la frontera, mientras el dinero pasa sin que nadie le pida pasaporte?

Durante la campaña electoral, Obama nunca enfrentó con franqueza el tema de la inmigración. Ojalá a partir de ahora, cuando ya no corre el peligro de espantar votos, pueda y quiera acabar con ese muro, mucho más largo y bochornoso que el Muro de Berlín, y con todos los muros que violan el derecho a la libre circulación de las personas.

¿Obama, que con tanto entusiasmo apoyó el reciente regalito de setecientos cincuenta mil millones de dólares a los banqueros, gobernará, como es costumbre, para socializar las pérdidas y para privatizar las ganancias?

Me temo que sí, pero ojalá que no.

¿Obama firmará y cumplirá el compromiso de Kyoto, o seguirá otorgando el privilegio de la impunidad a la nación más envenenadora del planeta? ¿Gobernará para los autos o para la gente? ¿Podrá cambiar el rumbo asesino de un modo de vida de pocos que se rifan el destino de todos?

Me temo que no, pero ojalá que sí.

¿Obama, primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, llevará a la práctica el sueño de Martin Luther King o la pesadilla de Condoleezza Rice?

Esta Casa Blanca, que ahora es su casa, fue construida por esclavos negros. Ojalá no lo olvide, nunca.

Eduardo Galeano


Publicado por el diario argentino "Página 12"

viernes, 9 de enero de 2009

¡NO MIRES HACIA OTRO LADO!


Me llamo Hazin, tengo 10 años y ahora vivo en un campo de refugiados en Gaza. Hace tres días bombardearon el edificio al que unos soldados israelíes nos habían evacuado. Abu y su padre murieron. Me hice pis encima pero no se lo dije a mis padres. Cuando dejaron de lanzar bombas nos tuvieron que ayudar a salir de los escombros. La gente corría de un lado a otro llorando.

Ayer fuimos al entierro. Todos gritaban “¡Venganza! ¡Venganza!”. Decían que hay que acabar con Occidente. Nosotros no merecemos esto. Mi familia no ha hecho nada. Cuando cerraron el paso fronterizo, mi madre tuvo que dejar de trabajar y vivíamos gracias a la caridad de otras personas. Después, cuando empezaron los ataques tuvimos que dejar nuestra casa. La vida es difícil en el campo de refugiados, porque no hay medicinas y la comida escasea, pero mi padre dice que pronto vendrán a ayudarnos. Cuando sea mayor voy a luchar.

Me llamo Javier, tengo 10 años y vivo en Madrid. Hoy ha sido un día chulísimo. Ha nevado todo el tiempo y mi madre no podía sacar el coche para ir a trabajar y llevarme al colegio. Mejor, así hemos podido pasar la mañana juntos y jugar con la nieve en el parque. Después de comer mi madre me ha dejado jugar con la Nintendo. ¡He pasado el nivel 5 del “Prince of Persia”! Ya verás cuando se lo cuente mañana a Chuso. Lástima que no me compraran la Wii en los Reyes, pero mi padre dice que tengo que aprobar las mates si la quiero.

Voy a hacer los deberes. Nos han pedido una redacción sobre qué queremos ser de mayores. Ahora ya no sé si quiero ser constructor como mi padre. Quizás abogado.

Los niños como Javier son el futuro de Occidente y tendrán todas las oportunidades. Se trata de una generación que crece sin saber lo que es el hambre, que no tiene que salir corriendo cada vez que se disparan las alarmas avisando de bombardeos, que va al colegio y luego desarrollará la profesión que desee. Sin embargo, ¿cómo será la vida de Hazin? Crecerá convencido de que la democracia es una patraña y que los Derechos Humanos existen sólo para que algunos gobiernos se llenen la boca nombrándolos pero mirando hacia otro lado cuando se violan.

La violencia sólo genera odio y lo alimentamos si miramos a otro lado y pasamos por este tema de puntillas, como están haciendo los políticos.

El próximo domingo 11 acude a la manifestación en apoyo al pueblo palestino a las 11:00.

martes, 6 de enero de 2009

DAVDI CONTRA GOLIAT

En este primer post de 2009 voy a escribir sobre el desgraciadamente interminable conflicto palestino-israelí.

Me contaba una amiga judía, que ha vivido bastantes años en Tel Aviv, que aquí pasa como con ETA en algunos países latinoamericanos, la información llega a Europa distorsionada. Dice que allí viven con un miedo constante y que los palestinos no son tan “idílicos” como los percibimos en España.

Hace años tuve ocasión de conocer a un joven palestino. Un día le pregunté si ellos no eran consciente de que “cuatro piedras no derriban un tanque”, a veces incluso literalmente. Me contestó que por lo menos así demostraban que no se doblegaban, que era muy duro que te arranquen tu tierra y que asesinen a tus familiares. A él, sus padres lo habían enviado a Europa para evitar que formara parte de la lucha armada. Estaba deseando volver para ello, decía que lo hacía por su familia, su pueblo, su dignidad.

Yo, lo único que sé es que me entran nauseas cada vez que leo o veo que las tropas israelíes han bombardeado escuelas, campos de refugiados o pueblos enteros. Los abusos de una parte, por graves que sean, no pueden justificar jamás los de la otra. Pero no podemos valorar los ataques con el mismo rasero, hay aspectos a tener en cuenta:

  • Israel es formalmente reconocido como un estado democrático. Sin embargo viola sistemáticamente resoluciones internacionales.
  • Hammas es una organización paramilitar.
  • La superioridad militar y tecnológica de Israel.
  • Las cifras de los fallecidos: 700 palestinos fallecidos en 2008, frente a 25 israelíes. (Según cifras de Amnistía Internacional)
  • Israel no permite la entrada de ayuda humanitaria a la zona de conflicto.
  • Israel ha cerrado fronteras, construído un muro, impedido que civiles palestinos crucen la frontera para trabajar. Hammas no puede hacer eso.
  • Israel no permite el acceso a periodistas a Gaza.

Los bombardeos indiscriminados a civiles sólo servirán para despertar más odio, no para conseguir la paz.