viernes, 12 de diciembre de 2008

ATEOS SIN PROSELITISMO

Parece que en cuestiones de religión o estás a favor o estás en contra. Sin embargo, me gustaría reivindicar el laicismo o la fe tolerante, apostando por la libertad de creer o no creer como un derecho individual inalienable frente al fundamentalismo.

El otro día, un amigo con el que conversaba sobre este tema me espetó: “Yo no confío en la gente que no cree”. Y la verdad es que a mí me da un cierto miedo la gente que no tolera o no respeta.
Conozco a innumerables creyentes hacia los que profeso una gran admiración y no por su fe teísta, sino por su ética, y no intentaría jamás convencer a alguien para que deje de creer en la existencia de un ser supremo.

Como afirma el filósofo francés Compte Sponville “El laicismo es un bien demasiado precioso como para ser confundido con el odio antirreligioso.”

Si buscamos la verdad, la única que vamos a encontrar es que nadie sabe si Dios existe o no. La religión es válida como forma de cohesión social para una mayoría de la gente, pero no debe ser impuesta como respuesta a la existencia. Los valores humanos que se proclaman en las distintas creencias no son exclusividad de la religión y los que no creemos en Dios también nos regimos por valores éticos y morales, simplemente buscamos en la ciencia y en la filosofía las respuestas a la existencia humana.

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